Del poeta mexicano Miguel Angel Andrade Pérez.
Relajado dentro de mi locura
¿A quién le escribo tanta dulzura?
Sangrientas las manos de valor
Eludiendo el precoz destierro de unos
versos
Mermando la capacidad de volar
Gritando sin parar hora tras hora
El arpa suspira mi debilidad
Mi alma transpira humildad
Sofocado en una larga agonía
Memorizando las gotas de lluvia
Escondido en el cobertizo
Fundiendome la pluma con dureza
Hojas y hojas como las de un árbol
Atrapando momentos siniestros
Destilando chorritos de ternura
Mis noches no acaban por mucho que
quiera olvidarte…